Sucede que máquinas complejas, líneas de producción y sistemas de procesamiento importantes utilizan reductores especialmente diseñados, adaptados a requisitos específicos de potencia y par. Sucede que estos reductores fallan o se descomponen por completo, afectando el rendimiento general de toda la línea en la que están instalados.
También sucede que – debido a la antigüedad del diseño o al hecho de que fueron construidos a medida – no es posible reemplazarlos por un reductor nuevo y listo para usar.
¿Qué hacer? Simple: revamping, renovar el reductor problemático para restaurar su eficiencia original.
La restauración de un reductor defectuoso puede ser un proceso complejo. Esto requiere conocimientos técnicos específicos, capacidades de diseño y un equipo de operadores técnicos especializados.
En esto, en Riduttori Italia aportamos una gran experiencia al campo.
De una simple inspección visual (fugas de aceite, grietas...) es necesario pasar a un diagnóstico en profundidad para identificar los síntomas del mal funcionamiento (ruidos anormales, vibraciones, sobrecalentamiento, etc.).
Utilizamos herramientas de diagnóstico para comprobar el correcto funcionamiento de las distintas piezas y entender los problemas existentes.
Aquí es donde comienza el verdadero trabajo: a través de estas acciones, verificamos directamente qué partes están deterioradas y causan el mal funcionamiento.
Es necesario anotar las características, medidas y datos de la carcasa, los engranajes, ejes, cojinetes, espaciadores y bridas para poder reemplazarlos. Y las piezas de repuesto originales no siempre están disponibles.
No solo a veces las piezas de repuesto no están disponibles, sino que también hay momentos en que no existen planos técnicos o tablas de referencia: es necesario reconstruir piezas importantes con precisión y fidelidad al original para que encajen perfectamente con las demás partes del reductor.
La medición para producir dibujos técnicos y en 3D es fundamental.
Los cálculos son otro aspecto delicado: los engranajes, ejes y rodamientos –las partes móviles del reductor– interactúan y son interdependientes. Trabajan en armonía. Juntos producen el efecto de reducir la velocidad y aumentar el par: eso es lo que hace un reductor.
Reproducir todos los elementos, aplicando también actualizaciones tecnológicas a las piezas y conjuntos, es esencial. La integración de nuevas tecnologías, ajustes y calibraciones precisas (sistemas de lubricación, sensores, materiales más eficientes…) ayuda a optimizar el rendimiento del reductor. Mayor eficiencia, mayor fiabilidad, mayor vida útil.
Estas son mejoras importantes que marcan la diferencia.
Finalmente, se reensambla y se prueba el reductor renovado.
Aquí también, la diferencia la marca la experiencia y la pericia de los operadores técnicos.
El proceso completo de revamping se perfecciona con pruebas funcionales para verificar el perfecto funcionamiento del reductor según las especificaciones originales proporcionadas por el cliente.
Somos especialistas en intervenir en reductores. El revamping es una de nuestras especialidades, fruto de un equipo cualificado perfeccionado gracias a la experiencia adquirida en diversos campos de aplicación de reductores de potencia.